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lunes, 15 de febrero de 2016

Planes para tardes lluviosas o esos días en los que no se puede hacer nada

No sé vosotras/os, pero yo soy de esas personas a las que el tiempo que hace fuera le afecta enormemente. Cuando hace sol y calor soy alguien muy distinto a mi yo invernal, con lluvia y frío al otro lado de la ventana, no digamos ya si tengo que pasar mucho tiempo en la calle. A nuestros alumnos y alumnas el tiempo les afecta igual. No digo que a todos les afecte de la misma manera, y  no digo que la lluvia les aplatane, precisamente; pero hay días en los que, no sé si por el tiempo, porque es lunes, viernes o víspera de festivo, la clase no funciona igual que un día "normal" (lo que quiera que eso signifique). Nosotras/os intentamos poner orden, hacer que trabajen, despertarles de su letargo (o calmarles, dependiendo del caso), y al final cedemos ante la evidencia de que no hay manera, hoy no vamos a trabajar como ayer y no le vamos a sacar provecho a la lección. ¿O sí? A veces no hace falta más que cambiar nuestro punto de vista y la clase que parecía que iba a ser un desastre se convierte en todo un éxito. Y lo mejor: los críos y las crías se quedan con la sensación de haber tenido un día "casi de fiesta", cuando en realidad han currado más que cualquier otro día.

No hay recetas mágicas, y lo que funciona un día puede que al siguiente no funcione, pero aquí os dejo alguna sugerencia de actividades que a mí me han venido bien en más de una ocasión. Dependerá de vuestros/as alumnos/as, pero alguna os funcionará seguro. La mayoría están dirigidas a la clase de inglés, pero con un poco de imaginación las podéis adaptar a muchas otras áreas.

  • Organiza juegos: Si están muy ruidosos, puede que ésta sea la mejor manera de enfocar su energía. Dependiendo del nivel puedes jugar al ahorcado con el vocabulario que habéis trabajado, o al bingo (esto funciona de maravilla con los más pequeños, y genial para repasar los números). Si tienen algo de nivel y dispones de un "Quién es Quién", se pasarán las horas muertas describiendo a sus personajes. Si no tienes el juego, haz tarjetas con nombres de famosos que toda la clase conozca y haz que los críos los describan. Éxito asegurado. 
  • Cambia los grupos: Cuando están muy dormidos, lo mejor es dejar que hagan las actividades en grupos. Aunque sea un ejercicio del libro, deja que lo hagan juntos. Si es un texto de comprensión, por ejemplo, haz que lo lean individualmente y hagan preguntas en grupo para preguntar a los demás. Si, al contrario, ves que trabajando en grupo no se concentran, ponlos en pareja o sepáralos individualmente. No soy muy partidaria del trabajo individual, pero a veces hace falta. 
  • Inventa un cuestionario: O, mejor, que lo inventen ellos. Cada grupo (no más de cuatro) tiene que crear un cuestionario de respuesta múltiple (el mal llamado "tipo test") sobre cualquier tema que dominen. Aquí puedes dejar que se junten los amiguetes, o aquellos que tengan gustos afines. También pueden hacerlo sobre una persona de la clase, o sobre ti (yo me reí mucho cuando me lo hicieron, ¡qué bien me conocen!). 
  • Lee un cuento a los más pequeños: En infantil no falla, los cuentos amansan a las fieras. Yo diría que funciona hasta el primer ciclo de primaria. Eso sí, si el libro les interesa no pretendas que lo escuchen en silencio, porque querrán participar. Genial. Al menos están concentrados en algo. 
  • Dales algún pasatiempo: Pero que sea complicadillo, para que se concentren (eso sí, déjalos trabajar en grupo). Si tienes un ordenador en clase conectado a una impresora y a Internet, te será muy fácil encontrar sopas de letra o crucigramas de su nivel. Para matemáticas siempre vienen bien las hojas de colorear en las que hay que hacer una operación para averiguar el color. En inglés hay cientos de recursos, y en castellano imagino que también. 
  • Como último recurso, ponles una película: Mejor aún, busca un tutorial en Youtube sobre cómo hacer una manualidad sencilla (éste y éste están muy bien) y anímalos a que la lleven a cabo si tienes los materiales necesarios. Si te decides por una película, puede ser educacional o no, pero sobre todo debe ser de su interés. No les pongas un vídeo sobre la mitosis celular o será peor el remedio que la enfermedad.
Cuando nuestros/as alumnos/as no se concentran, tenemos la costumbre de ponerles a hacer plástica, o pedirles que hagan un dibujo (yo soy la primera, no escarmiento), pero quizás sea esto lo peor que podamos hacer. A no ser que el trabajo de plástica exija concentración o el que dibuja se tome muy en serio la tarea, la plástica es una de las peores áreas que enseñar cuando están demasiado excitados (aunque, si lo que quieres es despertarles, funciona genial). Seguir las instrucciones en un vídeo puede funcionar, así que si tienes pantalla digital no lo dudes. Eso sí, no esperes que haya silencio en clase: las manualidades son el momento de socializar por excelencia. 

Espero haberte ayudado. Si se te ocurre alguna cosa más, déjame un comentario o ponte en contacto conmigo; estaré encantada de actualizar la entrada. 

martes, 22 de septiembre de 2015

Ventajas de los "epals", "penpals", etc, y cómo aprovecharlas en el aula



Hoy no vengo a descubriros nada nuevo, por mucho palabrerío en inglés que use o términos mordernos que nos quieran vender. Los "epals", los "pen pals" o los amigos por carta de toda la vida son tan viejos como la Super Pop, donde al final de la revista te venía una sección de "contactos" que poco tenía que ver con la de los periódicos y sus fotos guarrillas; allí encontrabas adolescentes de todas las edades buscando cartearse con gente de su misma edad para crear amistades fuera de su ciudad. La gente exponía su nombre, apellido y dirección postal sin apuros y esperaba que un alma caritativa se animara a escribir una carta a un perfecto desconocido o desconocida con la ilusión de hacer amigos. He de confesar que yo siempre leía esta sección y más de una vez escribí una carta, pero al final me achanté y nunca las mandé. Hoy, con la llegada de los emails y los mensajes al móvil, estas secciones ya no existen. Que levanten la mano los/las afortunados/as que reciben una carta manuscrita en el buzón fuera de las fiestas navideñas. Qué ariscos nos hemos vuelto.

Lo que no significa que los pen pals hayan muerto. Las nuevas tecnologías han conseguido que ciertas puertas se vuelvan obsoletas, pero han creado inmensos portones con los que comunicarnos con otros lugares del mundo. Internet nos da la oportunidad de ir un paso más allá en el uso de los amigos por carta como recurso en clase, y ya no tenemos por qué limitarnos a escribir porque podemos mandar fotos, vídeos y enlaces de sonido. Pero, ¿merece la pena meterse en el berenjenal que supone contactar con otra clase y mantener el contacto durante todo un año? Yo lo he hecho tres cursos seguidos, y la respuesta es un rotundo SÍ. Las ventajas de escribirse con otra escuela son numerosas, y las horas que empleemos en llevar a cabo este programa serán horas (de clase, de preparación) muy bien empleadas. Y no soy yo la única que opina así. Para escribir este post he echado un vistazo en la web por si alguien lo había escrito antes y mejor que yo y, por supuesto, lo he encontrado. Jose A. Alcalde López ha compartido este documento en SlideShare que explica muy bien por qué y cómo se pueden usar los pen pals en la escuela. Yo, con vuestro permiso, voy a dar también mi opinión.

  • Las lenguas se deben aprender en un contexto comunicativo. Presentarse ante tus compañeros de clase en quinto de primaria cuando llevas con ellos y ellas desde los dos años es ridículo, por mucho que la actividad del libro lo pida. Si esa actividad se la mandamos a alguien que no nos conoce, nos estamos presentando de verdad, estamos tratando de enviar un mensaje. Ese debe ser el objetivo de cualquier tarea escrita. 
  • Escribir para alguien que no sea la profesora de inglés motiva. Si yo sé que mi carta la va a leer alguien que de verdad está deseando recibir noticias mías, me voy a esmerar más en hacerlo lo mejor posible. Si, además, esa persona es nativa en el idioma en el que me estoy comunicando, más todavía. 
  • No todos nuestros alumnos y alumnas van a tener la oportunidad de conocer hablantes nativos de inglés. Los viajes al extranjero son un lujo para según qué familias, ya ni hablamos de cursos de idiomas en Inglaterra o Estados Unidos. Así igualamos el campo de juego, dando las mismas posibilidades a todos y a todas. 
  • Comunicándonos con otros y otras en la lengua extranjera nos damos cuenta del valor que ésta tiene. Es lo que tenemos en común, lo que nos une, con lo que nos comunicamos. 
No solo nos comunicamos escribiendo. Internet permite mandar fotos, vídeos, archivos de sonido. Portales como Youtube o Vimeo son formas estupendas de poder intercambiar archivos que no cabrían en un email, y además podemos usarlos para más cosas (una presentación en el blog de aula, un mensaje navideño a las familias...). Siempre con cuidado y teniendo en cuenta que tratamos con menores, por supuesto. He aquí una breve lista de cosas a tener en cuenta cuando nos comunicamos con otra clase:
  • No permitas que intercambien datos personales, más allá del nombre y la edad. Yo controlo todos sus mensajes y los mandan a partir de mi cuenta. Un año organicé con la otra profesora una carpeta en Dropbox donde iba metiendo todas las cartas que los niños y niñas escribían. Ellos y ellas en ningún momento tuvieron la dirección de correo de los miembros de la otra clase y nosotras controlamos todo el contenido de las cartas. No se trata de corregir el lenguaje o censurar ideas, sino de asegurarte que no están compartiendo nada que pueda poner en peligro su identidad. 
  • Asegúrate de tener el permiso de las familias para mandar imágenes. No tienen por qué salir del entorno educativo y no tienen por qué ser expuestas en ningún medio. Youtube tiene un modo oculto que es muy práctico para "esconder" vídeos. Puedes invitar a quien sea por medio de email, pero nadie que no tenga tu invitación puede acceder al vídeo. 
  • Pide a la otra profesora que respete la intimidad de tus alumnos/as. Seguramente ella también tenga restricciones, pero por si acaso.

Escribir es un rollo. ¿Cómo puedo sacarle más provecho?


Prepara un power point sobre la escuela (si tienes asignatura de tecnología, este proyecto es perfecto), o ponlos a trabajar por grupos sobre un tema que les interese y que quieran compartir con la nueva escuela. Graba un vídeo con una breve presentación de cada uno de tus alumnos/as (Youtube tiene una excelente herramienta de edición de vídeo por si, como yo, eres un poco desastre con los programas que hay por ahí). Manda tarjetas de Navidad por correo ordinario, con un pequeño regalo o souvenir típico de tu ciudad. Haz un vídeo en el que les enseñes el colegio, con alumnos y alumnas de otras edades, profes y todo. Crea un periódico con las noticias locales de tu ciudad para que lo lean al otro lado del charco. Las posibilidades son infinitas. 

¿Pero yo con quién hablo?


Tengo la suerte de tener amigos y amigas extranjeras que también son docentes y con los que me pongo de acuerdo a la hora de llevar a cabo la actividad. Su lengua materna es el inglés y eso anima a mis alumnas y alumnos a usar el idioma lo mejor que pueden, porque quieren que les entiendan. Pero no hace falta tener contactos, porque hoy en día hay páginas como ePals que te permiten registrarte como profesora y buscar una clase que te interese. Yo te recomiendo que sea una clase extranjera con un nivel de inglés parecido al de la tuya; si son nativos, probablemente les interese practicar el segundo idioma que están aprendiendo y, además, su nivel será demasiado alto, pero si también están aprendiendo inglés como segunda lengua tendrán un nivel parecido y mucho interés por aprender (en mi caso hay muchos motivos por los que funciona con nativos, como su nivel académico o que el inglés es su segunda lengua por más que sea la oficial del país). Mi experiencia es que es mucho más motivador escribirse con alguien extranjero que con el vecino de al lado, pero si te sale la oportunidad de comunicarte con una escuela cercana y luego podéis hacer que se conozcan, tampoco es mal plan (de hecho, es lo que voy a intentar yo este año, a ver qué sale). La gente que ha utilizado páginas como ePals habla maravillas de ella; te recomiendo probarlo, no pierdes nada. 


Como digo, yo llevo poniéndome en contacto con otra escuela tres años, y he visto resultados muy positivos. La niña que nunca habla en clase se abre y se esfuerza en contarle su vida a su nueva amiga, o el niño que no tiene ningún interés en el idioma se molesta en buscar la forma correcta de decir algo porque quiere que le entiendan. Merece, y mucho, el tiempo que vas a emplear grabando vídeos, editándolos y subiéndolos a la red (ay, las conexiones velocidad tortuga del colegio...). Piensa en cómo hubiéramos flipado de pequeñas y pequeños si un día nuestro profe de inglés nos hubiera dicho "este año nos vamos a cartear con una clase de Grecia". Así flipan hoy en día también, aunque sea otra generación. 

lunes, 4 de mayo de 2015

CLIL (Content and Language Integrated Learning), o cómo reinventar lo que ya se sabía





Las modas van y vienen en todos los aspectos de la vida. Lo vemos en la ropa, cuando vuelven a llevarse los pantalones acampanados un año y se descartan por los pitillos al siguiente, o en la música, cuando de repente oímos remixes de canciones que creíamos olvidadas. En educación también pasa, y de qué manera. Se ponen de moda distintas maneras de dar clase, distintos métodos de aprendizaje; de repente debemos dejar de guiar a los alumnos y alumnas y dejar que descubran el mundo por sí mismos/as, para el día siguiente retomar la tiza y la pizarra sin olvidarnos de las nuevas tecnologías, que resultan no ser tan positivas pasados unos meses. En la enseñanza de inglés como lengua extranjera se ha puesto muy de moda el CLIL, que viene a ser enseñar una asignatura en un idioma que no sea el materno. Esto que tan moderno parece es más viejo que yo, que aprendí euskera inmersa en la lengua y recibiendo todas las asignaturas en un idioma que no era el mío, pero ahora le han puesto un nombre molón con siglas en mayúsculas, lo han dirigido a la enseñanza del inglés y han creado toda una industria alrededor de la novedosa noción de que un idioma se aprende mejor si se utiliza en un contexto comunicativo. Han descubierto el círculo, vaya. 
Una gran cantidad de colegios en Vitoria alardean de enseñar a sus alumnos y alumnas ciencias en inglés (no confundir con el modelo trilingüe, que es otra cosa y va más allá, aunque se basa en el mismo concepto de dar asignaturas en inglés). No es de extrañar, ya que el Gobierno Vasco creó un programa (a mi gusto muy bien planteado) mucho antes de que el CLIL se convirtiera en moda. Se dejaron de lado los libros y empezaron a darse los contenidos lingüísticos al tiempo que se aprendía algo con ellos, como ocurre con el primer idioma, y los resultados no fueron nada malos. Había un problema, sin embargo: el proyecto necesitaba que el profesorado estuviera formado y requería muchas horas de preparación, algo que no todos estaban dispuestos a hacer. Y entonces llegaron las editoriales, edulcoraron el concepto y crearon libros con fichas que la profesora podía utilizar sin ninguna preparación nada más llegar a clase. Todo el mundo hace ahora CLIL, con mayor o menor acierto, porque está en el libro de texto. Pero dar una ficha en cada tema sobre reciclaje, o el ciclo del agua, o países del mundo no significa dar una asignatura en inglés. CLIL va mucho más allá de rellenar los huecos y unir con flechas. 
Este año me toca dar plástica en inglés. En realidad no es plástica, sino arte, ya que observamos obras de otros, analizamos los procesos y luego intentamos imitarlos (aunque a veces llego con una ficha de “recorta y colorea” porque no me ha dado tiempo a más, seamos sinceros). Reconozco que al principio era un poco escéptica y me daba la sensación de que estaba “perdiendo el tiempo” con algo que no era inglés, pero ahora veo los resultados y me sorprendo de lo mucho que ha mejorado la comprensión de mis alumnos. Toda la clase es en inglés, y ellos y ellas también necesitan comunicar los mensajes más simples en inglés. De no hablar ni una sola palabra hemos pasado a la intención de decirlo todo en inglés, aunque sea por signos. Se ayudan mutuamente, aprenden frases hechas que yo repito sin cesar sin darme cuenta, comprenden mensajes bastante complejos. Todo porque han unido el dicho y el hecho, y han aprendido el lenguaje haciendo. No saben analizar una frase y decirme cuál es el sujeto de “Can I borrow your scissors, please?”, pero saben usarlo y responder correctamente. Creo que es fundamental unir la lengua con el conocimiento, y algo tan sencillo como la asignatura de plástica puede ser un vehículo muy adecuado para que los más tímidos y tímidas se suelten y empiecen a pedir permiso para utilizar los pinceles. 
CLIL no es repartir fichas, no es rellenar huecos, no es subrayar el verbo. CLIL es hacer que les pique la curiosidad, que quieran aprender sobre el tema que estáis viendo y que lo hagan en inglés, con el esfuerzo extra que eso supone. Está muy de moda, sí, pero me gustaría saber cuántos y cuántas de nosotras lo estamos haciendo bien (me incluyo, vaya si me incluyo). Bien hecho es un gran recurso, pero si lo enfocamos solo a los objetivos lingüísticos es el mismo perro con distinto collar. No hace falta inventar nada nuevo, sino usar el sentido común. En próximos posts, si el tiempo lo permite, hablaré más de esta nueva tendencia de las clases de inglés, pero de momento os pregunto: ¿dais alguna asignatura en inglés? ¿Qué tal os va?