jueves, 24 de marzo de 2016

Ganchillo en la clase de inglés. ¿En serio?

                                                                                        

El otro día les dije a los alumnos y alumnas de quinto que había una voluntaria que quería darnos clase de punto y ganchillo en inglés. Yo le dije que sí inmediatamente, porque me encanta este hobby, pero pensé que sería buena idea preguntarle a la clase, no fuera a ser que me mandaran a tomar vientos. Como soy muy tramposa, les enseñé fotos de animales hechos a ganchillo, llaveros, fundas de móvil, mil cosas que no tenían nada que ver con el típico tapete de ganchillo y que no van a ser capaces de hacer en un par de clases, pero eso ellos y ellas no lo saben. Tanto los chicos como las chicas me dieron un sí rotundo a la idea y el trimestre que viene empezamos con los talleres.

En quinto hay una niña que acaba de llegar de Costa de Marfil pasando por Francia. Su escolarización ha sido pésima y no sabe leer en ningún idioma, mucho menos hablar castellano o euskera, pero su actitud hacia la escuela es estupenda e intenta participar en todo lo que puede, y ya va aprendiendo los dos idiomas a una velocidad que ya me gustaría a mí tener con el alemán. Cuando les enseñé las fotos en la pizarra digital, se le encendió la cara, pero no me dijo nada. Al día siguiente me trajo los trabajos que veis en la foto, perfectos círculos de ganchillo, más unas agujas de punto en las que se está haciendo un bolso pequeño. Toda la clase admiró su trabajo y se preguntó si ellos serían capaces de hacer algo así. Ella tenía una sonrisa en la boca que no se le quitó en toda la mañana. Los niños empezaron a traerme cosas hechas en punto (una funda de móvil de los Minions, una pequeña bolsita que ha empezado a hacer una cría, un llavero...). Todos están emocionados con la tarea.

No lo hice a propósito, no tenía ni idea de que les fuera a gustar, y sobre todo no sabía que la niña en cuestión fuera ya una experta en el tema. Pero me sirvió para recordar lo que siempre decimos, que cuando hay una conexión con lo que se aprende, el aprendizaje va mucho más rápido. El objetivo de las clases de punto y ganchillo no va a ser hacerse un bolso o un chaleco, sino utilizar el idioma de forma comunicativa en lugar de pasarnos la hora haciendo ejercicios de frases comparativas. Pero no está de más que les guste el medio de aprendizaje, y no está de más que, para variar, la niña nueva esté en el grupo de los avanzados o pueda servir de ayuda a la profesora para ayudar a sus compañeros. El resto de las horas seguro que las olvida, pero dudo que olvide cómo se sintió en clase cuando la protagonista fue ella.

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